David Sinclair, biólogo y experto en longevidad: "Cuando cambié de dieta también recuperé la memoria. Pensaba que era la vejez, pero no, era mi estilo de vida"
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El investigador David Sinclair, referente en genética y envejecimiento en la Universidad de Harvard, sostiene que ciertos hábitos saludables permiten reducir la edad biológica, más allá de la edad que marca el calendario. En una entrevista concedida a GQ, reveló que, aunque tiene 54 años, su cuerpo presenta indicadores propios de una persona de 44. Empezó a aplicar estos cambios a comienzos de la treintena, convencido de que cuidar la salud es una cuestión de decisión, no de edad. Asegura que cuanto antes se empiece —preferiblemente desde los veinte años— mayor será el beneficio a largo plazo.
Uno de los pilares de su rutina es el ayuno intermitente, junto con la eliminación del azúcar y una alimentación centrada en alimentos de origen vegetal. Su dieta habitual está compuesta por verduras, frutas, frutos secos y legumbres, y ha dejado casi por completo el alcohol y los lácteos, salvo en ocasiones especiales. Según explicó en la entrevista, bastaron unos meses para notar una mejora clara en sus biomarcadores sanguíneos y en su edad epigenética. También incorpora antioxidantes como el resveratrol, con efectos beneficiosos sobre el metabolismo celular.
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Sinclair confesó a GQ que uno de los cambios más sorprendentes fue la mejora en su memoria. Antes le costaba recordar contraseñas o números de teléfono, lo que atribuía al envejecimiento natural. No obstante, tras modificar su alimentación, su capacidad cognitiva mejoró notablemente. "Cuando cambié de dieta también recuperé la memoria. Pensaba que era la vejez, pero no, era mi estilo de vida", afirma. Esta percepción coincide con estudios recientes que vinculan incluso un consumo moderado de alcohol con un deterioro progresivo de la función cerebral.
Sinclair realiza ejercicio físico varias veces a la semana, especialmente entrenamientos de fuerza con pesas, y camina o corre siempre que puede. Aunque no sigue una rutina estricta, apuesta por la constancia como valor clave. También da importancia al descanso: procura dormir al menos seis horas en una cama que controla la temperatura corporal y registra su frecuencia cardíaca. Su cena suele estar compuesta por alimentos sencillos y vegetales como arroz integral, frutos secos o ensaladas. En su opinión, la clave no está en los extremos, sino en aplicar cambios sostenibles que se mantengan con el tiempo.
El investigador David Sinclair, referente en genética y envejecimiento en la Universidad de Harvard, sostiene que ciertos hábitos saludables permiten reducir la edad biológica, más allá de la edad que marca el calendario. En una entrevista concedida a GQ, reveló que, aunque tiene 54 años, su cuerpo presenta indicadores propios de una persona de 44. Empezó a aplicar estos cambios a comienzos de la treintena, convencido de que cuidar la salud es una cuestión de decisión, no de edad. Asegura que cuanto antes se empiece —preferiblemente desde los veinte años— mayor será el beneficio a largo plazo.
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